Com a frontalidade que o caracteriza, o crítico taurino espanhol Paco Cañamero (na foto de cima), apontado como o sucessor do controverso Alfonso Navalón, acusa José Tomás (foto ao lado) de "se esconder no burladero da comodidade", negando-se a pisar as principais praças e a competir com as primeiras figuras. Um artigo polémico onde se conclui que "o rei vai nu", dado à estampa no site www.glorietadigital.es, de Salamanca, quando faltam apenas dois dias para a segunda corrida das três que o mítico matador agendou para esta temporada (próxima sexta-feira em Huelva, onde toureia mano-a-mano com Morante). Não é a primeira vez que aqui citamos Paco Cañamero, nem será certamente a última. Com a devida vénia, publicamos já a seguir o seu texto, que está a dar que falar entre nuestros hermanos. Sem traduzir, para evitar quaisquer erros de interpretação:
José Tomás, ¡así no!
José Tomás tuvo en su mano marcar una época en el toreo y revolucionar la Fiesta (aunque la haya revolucionado a su manera). Lo tuvo todo para poner en orden la Tauromaquia y marcar otra nueva página con él como protagonista. Como ocurrió en otras épocas con toreros que siempre daban la cara en Madrid para ser los primeros compitiendo de tú a tú con los rivales.
Sin embargo, José Tomás, inmenso
torerazo, mientras no justifique las razones, escapa de la responsabilidad,
como hace en este 2012 en vísperas de su segunda ¿corrida? Lo hizo estos años
de atrás, todo desde su reaparición de 2007, cuando fue incapaz de enfrentarse
a los más grandes, como El Juli o Manzanares. O lo hace ahora cuando no quiere
saber nada de Madrid, de Bilbao o de Sevilla, en lo que es una medida injusta
contra su profesión. Por esa razón hay que zaherir que esté escondido en el
burladero de la comodidad para no dar la cara. Y de huir de cualquier
responsabilidad.
Las grandes figuras escriben su historia
en las mejores plaza. Ahí es donde se marcan las diferencias, nunca en el
tercer circuito con el toro a modo y carteles a medida. Sin que nadie pueda
molestar. José Tomás, con su actual actitud, no tiene perdón, aunque sus palmeros
le perdonen todo. Sobre todo porque tuvo en su mano la receta para arreglar la
Fiesta y no ser capaz de dar el paso. Él sabrá los motivos.
A él, tras su esfuerzo para coronarse
como máxima figura, le vino todo rodado. No hace falta que hable porque tiene
periodistas vendidos a su causa para hacer crónicas grandilocuentes a cualquier
movimiento. Ni nada, porque solamente con anunciarlo la gente se vuelve loca
por la moda de su nombre y lo significa para la Fiesta, aunque toreando en el
sitio de la verdad. Y con toda la pureza, excepto esas pueblerinas manoletinas
con las que remata su faena.
Por eso ahora que llega el folclore de
Huelva conviene aclarar las cosas. Y escribir la verdad, porque palmeros ya
sobrarán.
Fotos D.R.