quarta-feira, 24 de outubro de 2018

Dignidade para Amadeu dos Anjos

Amadeu dos Anjos morreu em Maio deste ano, vítima de ataque cardíaco, na
Praia das Maçãs (Sintra)
Amadeu dos Anjos é ainda hoje referenciado como o nosso mais fino muletero
Em Salamanca com Júlio Robles, fotografados por Miguel Alvarenga
Amadeu fotografado pelo "Farpas" em 1989 junto à Torre
de Belém com o seu grande amigo Paco Camino
O crítico taurino de Salamanca, Paco Cañamero, director do
site glorietadigital.es. Em baixo, a sepultura de Amadeu dos
Anjos no cemitério de Colares


Na foto ao lado, a sepultura do grande matador de toiros Amadeu dos Anjos, falecido em Maio, no cemitério de Colares (Sintra). Dar-lhe a dignidade que merece e angariar fundos para fazer uma lápide que honre o seu historial é o objectivo da corrida de toiros que, como anunciámos, se vai realizar no próximo ano em Nave de Haver, onde toureou pela primeira vez como novilheiro. Paco Cañamero, cronista espanhol de Salamanca, director do site glorietadigital.es, escreveu sobre o nosso recordado toureiro o cativante artigo que a seguir transcrevemos na íntegra, em castelhano, para evitar possíveis erros de tradução. Vale a pena ler e reconhecer o apreço que nuestros hermanos nutriam pelo grande Amadeu, um filho adoptivo de Salamanca

Amadeo dos Anjos fue un gran torero que dejó un rico legado artístico. Ha sido el más exquisito muletero que llegó del vecino Portugal y un hombre entrañable que sembró la semilla de la amistad. Falleció hace unos meses, concretamente el pasado tres de mayo cuando en Madrid sonaban los tambores que anunciaban la Feria de San Isidro. Se fue en silencio, cerca de su casa marinera de Plaia Grande, al lado de Cascais, donde se refugió hace años huyendo del ruido. Allí recibía a sus amigos para hablar de toros y, de vez en cuando, su íntimo Paco Camino iba a disfrutar de unos días al lado de Amadeo frente a la brisa atlántica. También lo frecuentaba Flores Blázquez, Adolfo Lafuente y hasta su muerte Paco Pallarés, junto a otros muchos, bastantes de La Rioja, tierra donde vendimió tanta admiración y cariño.
Amadeo dos Anjos llegó a Salamanca en sus años de novillero en la época que los grandes toreros de Portugal se instalaban a la vera del Tormes. Antes que él lo hizo el gran Manolo dos Santos y casi en esa etapa Paco Mendes; más tarde llegó Amadeo y después lo hizo de su mano José Falcón – que también fue otro charro más - y bastante tiempo después Rui Bento, el último de Salatugal. Una vez retirado, Amadeo nunca perdió contacto con Salamanca y durante la feria de septiembre se instalaba en Campo Cerrado, en la casa de su gran amigo Atanasio Fernández y desde allí iba a las corridas o a ver sus muchos amigos ganaderos; o a Santiago Martín ‘El Viti’, al Niño de la Capea o a Julio Robles. Aún recuerdo el día del entierro de Robles las lágrimas de Amadeo a la puerta del cementerio del Ahigal de los Aceiteros. Elegantemente vestido, con un sombrero tirolés lloraba sin consuelo por el amigo muerto. Por su querido Julio, con quien tanto convivió y a quien siempre acompañaba a los tentaderos en las caas de Murteira Grave, de Cunhal Patricia, de Vinhas… y a quien también invitó varias veces a su casa marinera de Cascais.
Porque Amadeo era todo bondad, algo que también aprecié en la ocasión que le hice un reportaje en el escenario de su querida Lisboa, o alguna otra tarde que acudí a las touradas de Campo Pequeno y previamente me citaba con él. Era un hombre de rica conversación, excelente taurino y que se desvivía con el amigo. De vez en cuando lo llamaba por teléfono, la última vez por Navidad, porque era un hombre que se entregaba, hasta que a primeros de mayo nos sorprendió la noticia  de su muerte y aquel día, con el inesperado dolor por el amigo muerto, escribí un obituario (https://www.glorietadigital.es/2018/05/04/el-portugues-que-toreaba-con-los-angeles/). Era el recuerdo a una persona tan querida, tan torero, tan amante de esa España que tanto lo aplaudió durante sus años en activo.
Sin embargo una nueva tristeza se sumó más tarde a su muerte al ser conocedor que careció de la despedida merecida y prácticamente tras su muerte fue abandonado (ignoro los motivos por los cuáles sus hijos no quisieron que tuviera exequias). Más grave fue el conocer más tarde que fue enterrado en el camposanto de Colares – cerca de Sintra - un lugar donde yacen quien no tiene nadie que lo quiera – ni perro que le ladre. En un lugar donde nada indica que allí descansan los restos del gran torero, sin una cruz, ni una lápida. Nada de nada para quien un hombre que mereció una dignidad tras su muerte.
Por esa razón para la próxima primavera en la plaza portuguesa de Nave de Haver, cerca de la frontera con Salamanca y de su lugar de nacimiento, se va a celebrar un acontecimiento taurino extraordinario con la finalidad de lograr fondos para que Amadeo dos Anjos tenga un sepultura digna y con su nombre grabado en el mármol para que los miles de admiradores sepan que allí duerme el sueño eterno un gran torero. El mejor muletero que dio Portugal y un hombre de bien. El que merece una dignidad en su sueño eterno.

PS - Já depois de publicado este artigo no site glorietadigital.es, o antigo toureiro e ganadeiro espanhol Pedrés tornou pública na rede social Facebook a oferta de um toiro para a corrida de homenagem a Amadeu dos Anjos. Para que conste.

Fotos D.R. e M. Alvarenga